La colección ha sido confeccionada transformando la fibra que llevan dentro de los frutos o “kapoks” de los árboles del ceibo, especie endémica del Perú, en una fibra hilada de manera artesanal, por mujeres de la comunidad de Bolívar, Cajamarca, al norte del Perú, en el particular ecosistema de Bosques Secos.